Resumen
La década de los treinta del siglo XIX no fue sólo un período dominado por la arbitrariedad y el personalismo de Portales, sino también aquel en el cual se forjó la institucionalidad que recién haría posible la estabilidad política de la república naciente y el éxito mismo de los gobiernos liberales que se sucederían en la segunda mitad del siglo y cuando comenzaba el siguiente. Portales no actuó solo, sino que tuvo el apoyo de un pequeño pero brillante grupo de colaboradores, entre los que destaca Mariano Egaña. El trabajo de este gran jurista del régimen pelucón sería ingente, y terminaría por dar forma a las principales estructuras jurídico-institucionales en que se sostendría el régimen de gobierno chileno por muchos años. Tienen su impronta desde la Constitución Política de 1833 y las leyes complementarias de la misma, las que incluían algunas tan fundamentales como la de elecciones y la de régimen interior, hasta la que creó la Universidad de Chile, pasando por buena parte de la legislación procesal.
Más todavía, esta legislación, más allá de algunas normas excepcionales que tuvieron un carácter represivo y circunstancial, estaba inspirada en un ideario liberal moderado, que rompía de manera importante con la tradición española. Egaña dio forma a un régimen de gobierno republicano y representativo que se inspiraba en los modelos europeos revolucionarios, particularmente el napoleónico, y en la más representativa filosofía política liberal. Fueron los conservadores como Egaña los que recién hicieron realidad concreta y efectiva los ideales liberales de que estaban imbuidos los sectores dirigentes chilenos desde los inicios del proceso de emancipación.
Más todavía, esta legislación, más allá de algunas normas excepcionales que tuvieron un carácter represivo y circunstancial, estaba inspirada en un ideario liberal moderado, que rompía de manera importante con la tradición española. Egaña dio forma a un régimen de gobierno republicano y representativo que se inspiraba en los modelos europeos revolucionarios, particularmente el napoleónico, y en la más representativa filosofía política liberal. Fueron los conservadores como Egaña los que recién hicieron realidad concreta y efectiva los ideales liberales de que estaban imbuidos los sectores dirigentes chilenos desde los inicios del proceso de emancipación.
Idioma original | Español (Chile) |
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Lugar de publicación | Santiago |
Editorial | Centro de Estudios Bicentenario |
Número de páginas | 253 |
ISBN (versión impresa) | 978-956-8147-46-4 |
Estado | Publicada - 2007 |