Resumen
El presente estudio propone poner de manifiesto algunos aspectos funamentales presentes en dos obras de la historiografía visigoda, a través de los cuales podemos percibir la concepción histórica vigente en el reino visigodo español, en dos momentos culminantes de su desarrollo en el tiempo histórico: el comienzo de su apogeo y el inicio de su decadencia.
Una rápida mirada a la historia política de los visigodos, nos permitirá tener una visión de conjunto, fundamental para descubrir el sentido que aquella tuvo para la historiadores de la época: Los orígenes a orillas del Mar Negro, con la toma de poder por el jefe balto Atanarico, hacia la segunda mitad del siglo IV, y su consolidación con Alarico, en torno al cual, una vez dentro del Imperio, se constituye una nueva etnogénesis, visigodos-tervingia, en cuya identidad jugó un rol fundamental la conversión al arrianismo.
La migración errante y la búsqueda de un territorio donde asentarse, situación que se concretó con el establecimiento en la Galia y España, a partir de la firma del foedus pactado con Roma, en la segunda década del siglo V, y la consiguiente formación del regnum con sede en Tolosa.
El cambio de escenario: de la Galia a España; y de centro del poder: de Tolosa a Toledo, luego del desastre de Vouillé en la cual fueron vencidos por los francos convertidos a la fe católica. (507).
La constitución del regnum de Toledo en la segunda mitad del siglo VI, debido a la unificación territorial y religiosa que se produce con la conversión de Recaredo y si gens, al catolicismo, precisamente en el año 589, momento en el cual se inicia el apogeo del reino.
La manifestación expresa del carácter sacro de la realiza, a partir de unción de Wamba, hacia la segunda mitad del siglo VII, en la cual se ha iniciado el proceso de decadencia del reino.
El desenlace final, ante una nueva disputa de poder que se resolvió con la solicitud del auxilio extranjero y la posterior invasión árabe a la península hacia la segunda década del siglo VIII.
La reflexión que surge luego de esta síntesis, supone la constatación del despliegue de este pueblo en el espacio y en el tiempo, el cual culmina con el asentamiento definitivo en un ámbito geográfico determinado; ámbito en donde el elemento territorial y el religioso constituyeron la base de una entidad nueva, el regimen rentis gothorum, que se unificará bajo el signo de la fe católica. Precisamente es a partir de este hecho cuando los visigodos entran en la "gran historia".
Y es Juan de Bíclaro el cronista que registra este hecho, como testigo presencial y consciente de la importancia del momento.
Revisaremos a continuación su vida y la coyuntura en la que se desarrolla para detenernos luego en algunos aspectos de su obra que ilustrarán la concepción histórica antedicha.
Una rápida mirada a la historia política de los visigodos, nos permitirá tener una visión de conjunto, fundamental para descubrir el sentido que aquella tuvo para la historiadores de la época: Los orígenes a orillas del Mar Negro, con la toma de poder por el jefe balto Atanarico, hacia la segunda mitad del siglo IV, y su consolidación con Alarico, en torno al cual, una vez dentro del Imperio, se constituye una nueva etnogénesis, visigodos-tervingia, en cuya identidad jugó un rol fundamental la conversión al arrianismo.
La migración errante y la búsqueda de un territorio donde asentarse, situación que se concretó con el establecimiento en la Galia y España, a partir de la firma del foedus pactado con Roma, en la segunda década del siglo V, y la consiguiente formación del regnum con sede en Tolosa.
El cambio de escenario: de la Galia a España; y de centro del poder: de Tolosa a Toledo, luego del desastre de Vouillé en la cual fueron vencidos por los francos convertidos a la fe católica. (507).
La constitución del regnum de Toledo en la segunda mitad del siglo VI, debido a la unificación territorial y religiosa que se produce con la conversión de Recaredo y si gens, al catolicismo, precisamente en el año 589, momento en el cual se inicia el apogeo del reino.
La manifestación expresa del carácter sacro de la realiza, a partir de unción de Wamba, hacia la segunda mitad del siglo VII, en la cual se ha iniciado el proceso de decadencia del reino.
El desenlace final, ante una nueva disputa de poder que se resolvió con la solicitud del auxilio extranjero y la posterior invasión árabe a la península hacia la segunda década del siglo VIII.
La reflexión que surge luego de esta síntesis, supone la constatación del despliegue de este pueblo en el espacio y en el tiempo, el cual culmina con el asentamiento definitivo en un ámbito geográfico determinado; ámbito en donde el elemento territorial y el religioso constituyeron la base de una entidad nueva, el regimen rentis gothorum, que se unificará bajo el signo de la fe católica. Precisamente es a partir de este hecho cuando los visigodos entran en la "gran historia".
Y es Juan de Bíclaro el cronista que registra este hecho, como testigo presencial y consciente de la importancia del momento.
Revisaremos a continuación su vida y la coyuntura en la que se desarrolla para detenernos luego en algunos aspectos de su obra que ilustrarán la concepción histórica antedicha.
Idioma original | Español (Chile) |
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Título de la publicación alojada | Historia: El sentido humano del tiempo |
Lugar de publicación | Viña del Mar |
Editorial | Ediciones Altazor |
Páginas | 273-282 |
Número de páginas | 9 |
ISBN (versión impresa) | 956-7472-36-X, 978-956-7472-36-9 |
Estado | Publicada - 31 oct. 2005 |
Evento | Jornadas Internacionales de Teoría y Filosofía de la Historia: «Historia: el sentido humano del tiempo» - Universidad Adolfo Ibáñez, Viña del Mar, Chile Duración: 17 ago. 2004 → 20 ago. 2004 Número de conferencia: I |
Conferencia
Conferencia | Jornadas Internacionales de Teoría y Filosofía de la Historia |
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País/Territorio | Chile |
Ciudad | Viña del Mar |
Período | 17/08/04 → 20/08/04 |