Dios como principio de la moral: Algunas reflexiones en torno a Summa Theologiae 1-2, q.109, a. 3

En este trabajo trataré de iluminar con el texto señalado en su título un tema difícil, como es el de Dios como primer principio de la moral, por los alcances y consecuencias que puede llegar a tener cada afirmación que se termine por proponer en relación con él. Como se verá, hablar de -dios como primer principio o como último fin, es lo mismo. Por lo que, si se prefiere, lo que intentaré hacer es reflexionar sobre el significado y las consecuencias de afirmar o negar que Dios en el fin último.
No intentaré resolver aquí muchos de los problemas que suelen acompañar el tema señalado. Desde luego, advierto desde el comienzo que la idea de Dios que manejaré en este artículo corresponde a la de un Ser absoluto, infinito en perfección y creador de todo lo demás. Son atributos, por lo demás, accesibles a la razón natural. Pero no discutiré aquí sobre ellos. Otro supuesto será la existencia de Dios. Asumiré, también, como punto de partida, al menos en algún grado y sin renunciar a explicarlo, el texto que comentaré de santo Tomás o algunos de sus presupuestos. Esto no significa que piense que la respuesta que ofreceré al problema planteado sea, íntegramente, la de Tomás de Aquino. Parte de los problemas que están expuestos en este trabajo el Aquinate no los abordó expresamente. Creo, sí, que esa respuesta, en sus líneas principales, calza suficientemente con el texto que comentaré, con sus presupuestos y, en definitiva, con los pilares de la moral tomasiana.