Jaime Eyzaguirre en su tiempo

Gonzalo Vial Correa, Alvaro Góngora y Alexandrine de la Taille-Tretinville rinden un merecido homenaje a uno de los historiadores más destacados del siglo XX: Jaime Eyzaguirre Gutiérrez (1908-1968).

Esta obra viene a complementar Jaime Eyzaguirre, Historia y pensamiento (Santiago, Editorial Universitaria, 1995), que reunió dos ciclos de conferencias realizadas en homenaje a los 25 años de su muerte. La diferencia principal entre una y otra obra, radica en que ésta -publicada en 1995- centraba su estudio en el pensamiento y visión histórica del personaje, mientras que aquélla agrega detalles biográficos que nos permite conocer a Eyzaguirre en otra dimensión más personal. Justificando el título de la obra, Jaime Eyzaguirre en su tiempo, es más que una biografía, no sólo nos cuenta lo que fue la vida del historiador, sino que también, nos recrea de manera bastante acabada el contexto histórico en que éste se desenvolvió. Especial atención merecen su posición respecto a los distintos "ismos" de su época, expresada a través de la revista Estudios. Permitendo de esta forma al lector conocerlo y, más importante aún, comprenderlo, como ocurre, por ejemplo, con sus ideas milenaristas, recibidas a través del presbítero Juan Salas y otras más El libro viene a llenar un espacio en todos los que hemos sido encantados con su prolífera y refinada pluma, pero que por distintas razones no tuvimos la suerte de conocerlo. En ese mismo sentido, se agradece a los autores no haber hecho una apología del historiador (sus méritos individuales no necesitaban de tal favor) y no ocultar algunos detalles de su personalidad, como cuando se señala: "que el pelambre no era inusual en Eyzaguirre" (p. 149), defectos que por lo demás, en, vez de menoscabar su persona, la hacen más humana y cercana al lector. Quizá las principales críticas que habría que hacerle a esta obra son, en primer lugar, el estilo. Se echa de menos la pluma del historiador Gonzalo Vial, digno sucesor de Jaime Eyzaguirre en esta materia. Y, segundo, no haber profundizado un poco más en algunos conceptos fundamenta les tratados en la abundante obra de Eyzaguirre y cómo el quebrantamiento del clima político social de los años sesenta deben haber tenido una estrecha relación con la visión apocalíptica de sus últimos años de vida, cuando el respeto entre los discrepantes y, por consecuencia, la convivencia pacífica, comenzaron a extinguirse. Finalmente, sólo queda esperar, un tercer esfuerzo editorial, además de estos dos libros, que reúna la extensa obra de Jaime Eyzaguirre