Abstract
La vacunación es considerada uno de los mayores
logros de la salud pública del siglo XX, reconociéndose ampliamente su utilidad y beneficio. Se le
estima como una de las herramientas más costo-efectiva
para disminuir la tasa de las enfermedades inmunoprevenibles, lo que ha sido demostrado tras la implementación
de campañas y programas de inmunización que han
permitido reducir de manera significativa la morbilidad,
discapacidad y mortalidad de la población a causa de la
enfermedades prevenibles a través de la vacunación1-6.
Sin embargo, en los últimos años han aumentado los
cuestionamientos, la información falsa, el escepticismo,
y la desconfianza en cuanto a la utilidad, seguridad y
efectividad de las vacunas, convirtiéndose en un desafío
global para todos los programas de inmunización, con
una posible repercusión nacional7-10.
El impacto negativo de la disminución de la adherencia a la vacunación se evidencia con claridad en el
continente europeo, con un brote de sarampión; en el
período comprendido entre el 1° de mayo de 2018 y el
30 de abril de 2019 se han notificado 11.149 casos de
sarampión, de los cuales 6.636 (59%) no estaban vacunados, existiendo 13 muertes atribuibles a la afección
en este período11.
Tanto el contexto social, como los factores educacionales, culturales, socio-económicos, religiosos y
creencias, entre otros, impactan en la adherencia a la
vacunación y, por ende, en la prevención de enfermedades. El Plan de Acción Global en Vacunas 2012-2020,
de la OMS (Global Vaccine Action Plan –GVAP–)
incluye dentro de sus propuestas, la incorporación de
indicadores para medir la adherencia a la vacunación,
a modo de evidenciar los determinantes sociales que
influyen en esta adherencia en el ámbito nacional como
internacional, así como las medidas implementadas
que contribuyen a revertir el fenómeno de falta de
adherencia12,1
logros de la salud pública del siglo XX, reconociéndose ampliamente su utilidad y beneficio. Se le
estima como una de las herramientas más costo-efectiva
para disminuir la tasa de las enfermedades inmunoprevenibles, lo que ha sido demostrado tras la implementación
de campañas y programas de inmunización que han
permitido reducir de manera significativa la morbilidad,
discapacidad y mortalidad de la población a causa de la
enfermedades prevenibles a través de la vacunación1-6.
Sin embargo, en los últimos años han aumentado los
cuestionamientos, la información falsa, el escepticismo,
y la desconfianza en cuanto a la utilidad, seguridad y
efectividad de las vacunas, convirtiéndose en un desafío
global para todos los programas de inmunización, con
una posible repercusión nacional7-10.
El impacto negativo de la disminución de la adherencia a la vacunación se evidencia con claridad en el
continente europeo, con un brote de sarampión; en el
período comprendido entre el 1° de mayo de 2018 y el
30 de abril de 2019 se han notificado 11.149 casos de
sarampión, de los cuales 6.636 (59%) no estaban vacunados, existiendo 13 muertes atribuibles a la afección
en este período11.
Tanto el contexto social, como los factores educacionales, culturales, socio-económicos, religiosos y
creencias, entre otros, impactan en la adherencia a la
vacunación y, por ende, en la prevención de enfermedades. El Plan de Acción Global en Vacunas 2012-2020,
de la OMS (Global Vaccine Action Plan –GVAP–)
incluye dentro de sus propuestas, la incorporación de
indicadores para medir la adherencia a la vacunación,
a modo de evidenciar los determinantes sociales que
influyen en esta adherencia en el ámbito nacional como
internacional, así como las medidas implementadas
que contribuyen a revertir el fenómeno de falta de
adherencia12,1
Translated title of the contribution | CAVEI considerations for the promotion of vaccination adherence |
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Original language | Spanish |
Pages (from-to) | 629-635 |
Number of pages | 7 |
Journal | Revista Chilena de Infectologia |
Volume | 36 |
Issue number | 5 |
DOIs | |
State | Published - 2019 |
Bibliographical note
Funding Information:Por otra parte, la “Encuesta bimestral de monitoreo de indicadores y percepción del Sistema de Salud Chileno” realizada por el Instituto de Políticas Públicas en Salud de la Universidad San Sebastián del año 2016, que entrevistó a 1.003 personas, señala que 5% de las personas declaró no vacunar a sus hijos, 5% creía que “las vacunas eran perjudiciales para su hijo” y 21% que “algunas veces eran perjudiciales”. Cuando se les consultó acerca de cuál debería ser el rol del Estado cuando los padres deciden no vacunar, tanto padres que sí vacunaban a sus hijos como los que no lo hacían, respondieron que el Estado “debía educar”, 74 y 68%, respectivamente. Ante la consulta acerca de si cree que lo padres que no vacunan a sus hijos debieran recibir una multa por no realizarlo, 20% de los padres que vacunan a sus hijos opinó que deberían recibir una multa y 12% consideró que se le deben cancelar los beneficios sociales a esos padres28.